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El movimiento de Britannica

marzo 9, 2009

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En el 2008, muchos celebraron la decisión de la Britannica de abrir sus contenidos a las «colaboraciones» de sus lectores. En esta lucha de titanes entre dos contrincantes enemigos en que se han transformado los avatares de ambas enciclopedias, no fueron pocos los que levantaron el brazo triunfador de la Wikipedia: Britannica había aceptado al fin abrir sus contenidos a la masa. Pero lo cierto es que poco de ello hay.

El movimiento de Britannica es, más que epistemológico, uno comercial. Mientras Britannica recibe una media de 1,6 millones visitantes al día, Wikipedia supera los seis. En el mundo comercial de Internet, poco sentido tiene hoy no hacer más expeditos los caminos de comunicación entre las partes.

El director de Britannica,  Jorge Cauz,  fue elocuente hace algunos meses con respecto a la popularidad de la Enciclopedia abierta: «Mucha gente la usa porque toca todos los temas y es el resultado número uno en Google. Los internautas no van directamente a la Wikipedia necesariamente».

Lo que Cauz ignora es que se supone que el famoso Google posiciona el orden de las búsquedas según los sitios que enlazan a Wikipedia. Pero, ¿por qué la gente no enlaza más Britannica? ¿Es acaso su calidad? ¿Es tal vez su usabilidad? Quizás simplemente sea porque, firme ya en su popularidad, Wikipedia justamente siga apareciendo en el primer lugar de Google. Y si Britannica quiere dar vuelta esa tendencia (comercial), entonces tendrá que tomar las medidas a su alcance para llenar las expectativas de los usuarios de Internet.

Mas, wikifans, a no cantar victoria. La decisión de Britannica dista si quiera de pensar en una wiki como web pero, por sobre todo, como sistema de construcción de contenidos. Primero que nada, la decisión de hacer más fácil a los usuarios enviar las sugerencias de contenidos y recibir atribución por eso, es para su versión on-line. Claro, si el aporte lo merece, lo harán para su versión editada. Pero además, los sistemas de jerarquía editorial continúan como siempre. Y recordemos, que en esa maquinaria, muchos premios nóbeles han o están participando. Es decir,  siendo sinceros, cualquier sugerencia de un ciudadano regular no será fácil de introducir. La Britannica Blog este mes publicó un artículo claro:

Ha! User-generated content, you say. Well, yes. But a wiki? No. Because the operative word in the paragraph above is suggest. Britannica users don’t have the ability or authority to publish the edits they propose; only Britannica editors can do that, and that’s the way it will stay.

Por lo demás, esta idea de «sugerencias», no es un invento de las wikis y, con mayor o menor énfasis, este tipo de colaboraciones siempre han existido en Britannica.

Con todo, creo que el movimiento de Britannica es «esperanzador» en términos de construcción del conocimiento. No porque haya una colaboración en conjunto, ni menos porque haya una intención de remover un orden discursivo. Se trata de un síntoma mucho más mínimo y quizás poco conciente de la enciclopedia: la idea de hacer visible una comunidad alrededor de ella. Un hecho que va más allá de si sea una comunidad de altos profesionales o de simples aficionados, sino que indica un síntoma de conciencia de identidad de un grupo al rededor de formas de construcción de conocimiento. Esto, por arte o por parte, pone en la mesa de discusión más cotidiana cuestiones que en la invisibilidad son más fáciles de neutralizar por grupos dominantes.

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Foto CC@arwriterfotog

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